Soy una artista visual mexicana cuya obra se ha forjado entre la intimidad de lo cotidiano y la vastedad simbólica del cuerpo como territorio de memoria, lucha y transformación. Desde el año 2000, mi trabajo dialoga con una mirada humanista y feminista que se alimenta tanto de mi formación académica como de mi experiencia vital en México y en España.

Crecí en un entorno familiar dominado por mujeres fuertes, y esa herencia ha sido el sustrato de una poética visual que no teme al dolor, al silencio ni a la potencia de lo que arde bajo la piel. Mi obra transita entre la figuración simbólica y la abstracción emocional, abordando temas como el origen, la identidad femenina, el archivo emocional y la reconfiguración del yo.

Desde las primeras piezas de la serie Natura (2000), donde los cuerpos habitan un universo marino y uterino, hasta obras como Carne de la Tierra (tríptico rojo, serie Rituales, 2010), donde el cuerpo se disuelve en el entorno como explosión de texturas y color, he buscado construir una pintura como bitácora encarnada del tiempo vivido.

Hoy, concibo el cuerpo no solo como forma, sino como archivo, como posibilidad. Pinto cuerpos, sí, pero también espacios y atmósferas habitadas por la memoria. En mi trabajo, forma y color no embellecen lo superficial: revelan lo profundo. Pinto lo que habita en la carne y en el aire, lo que se escapa entre los pliegues del cuerpo y las grietas del entorno. Mi obra no representa: revela. Y en esa revelación, convoco al espectador a mirar hacia dentro, a recordar con la memoria del tacto, a sentir con la mirada, a resistir con dignidad, desde la fuerza ritual y la belleza imperfecta de lo vivido.